Acabo de apagar las luces
de mi pieza y mi alma
e prendido un cigarro solitario
y e visto el humo morir al viento
E abierto la ventana
que me muestran el mundo
negro y durmiente
bajo las luces de naranjo
de la urbe de mis contextos
Ahí me quedé pensando
en los amores y las carencias
de los días y sus desdichas
que durante mi vida
apagaron un poco la felicidad
Recordé que fumar acorta nuestra estancia
de minutos vivos del futuro
y me reí al verme aquí matándome
con dulce nicotina
Antes de mi muerte
tal vez me aferraré a ella
queriendo sentir una vez más
las imperfecciones más mortales
de una realidad que en todos sus errores
me dieron consuelo indirecto
El consuelo de tal vez no lograr jamás el completo presente, pero sí saborear a concho uno que otro pedazo
miércoles, 30 de junio de 2010
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