lunes, 12 de diciembre de 2011

SWITCH

Anónimo aburrimiento. Alcoholes nadan en los bordes. Vasos y botellas quiebran sonidos. Manadas se acercan, manadas se alejan destinos se mezclan, mujeres y hombres se animan, y hasta ensueños tartamudean… …pero, en un destello, en un sólo azote perspectivo todo cambia. A mirada de niño todo ante mí se hace vano, evidente, simple. Qué insensibles nos vemos a la nueva desdicha, sumisos partícipes de la era que nos invita a respirar felices la madrugada de nuestros destinos. Qué bullicio de sonrisas que no conocen otra sonrisa, qué ironías. Lamento ser partícipe de la nueva generación obsesiva, experta en consumir la vida. Lamento los placeres ficticios del vertedero que los viejos de la década nos enseñaron a adorar. Somos novedad, fulgor, juventud, sangre, pero que cede a los envases del malcrío, al hambre sin destino… …lejos asoma el romanticismo, los modernismos, las utopías, las ideologías, los cristianos, las herejías… Nuestra belleza fue nombrada globalismo, y su mejor secreto no es más que frivolidad, distracción, evasión. Somos música, gafas, camisas a la moda, datos freaks, películas de culto, videos musicales, letras indie, lo foráneo; Inglaterra, USA, Japón, un sinfín de tribus urbanas, tendencias, sutilezas, provocaciones, incluso tenues erotismos, jamás consumidos y sobre todo pereza. Y desde esta perspectiva todo me es muy evidente.

CLUB PAGANO

La pista de baile, desierto de Sodoma y Gomorra, se aglomera con los fervientes incrédulos hijos bastardos de la urbe. Un descarado sol New Wave ilumina aquella juventud perdida, vacía, hipnotizada, en trauma. Fieles a su carne descarriada todos se entregan a ominosos roces, desvergonzadas relaciones de tacto, alientos desesperanzados y sobre todo, el cariño de otros heridos. Al unísono sus cabellos y ropajes multicolores de particular creacionismo relucen con orgullo exageradas alteraciones emulando sin pensar los paganos dioses del culto antiguo a la ambigüedad. No distinguen masculinos o femeninos, sexos o formas, los arquetipos humanos se transgreden y mueren en un común absoluto. Las nuevas religiones que nos aguardan y que sugiere éste local, se reproducen entre los egos, transformando las almas en divinidad terrenal, vibraciones en vanidad. Celebran la última de las creencias, el dogma de los últimos tiempos, el culto a la propia epidermis, la libertad de las culpas, la encarnación de la des humanidad.