miércoles, 18 de enero de 2012

GRAVEDAD

Cerro Bellavista. Siete y media de la noche. El peso de mi ansia rueda al horizonte. Grandes zancos coordinan el paso. La razón, con espirales, lucha por mantener su destino. Ron barato (ese de quinientos), carcome lo que queda de conciencia. Por suerte, COYOTE QUEMADO y sus ofertas, nos despiden. En frente, los camaradas maldicen la calle en ecos inmensos que resuenan por todo Valparaíso. Tras sus sombras, con el pecho libre, creo conquistar al mundo, mientras, piedra a piedra me sumerjo en los rastros de un pasado colonial que persiste, en las luces que en el presente nos desvelan y las expectativas que el futuro promete. Corredores y pasadizos, nos devuelven a Cumming, donde tenues sonidos noventeros nos tientan a un local. Correspondemos al llamado, nos timbramos en MÁSCARA y nos vamos enseguida… no perdemos más tiempo, pues, por Esmeralda hacia Errázuriz brillan más nombres; BLONDIE, BALMACEDA, CLUB PAGANO, 592, EL NÁUTICO, MORGANA ¿Andan con su carnet?... nos preguntan. Puertas se abren tras los guardias. Nos recibe el humo, las sombras, los proyectores. Éste local es bueno, dices… …suena The Smiths, The Jam, The Buzzcocks, Sex Pistols. Y nuestra larga aventura… finalmente, renace.

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