miércoles, 10 de febrero de 2010

El alacrán

Recién maté un alacrán sin querer hacerlo, ya que por lo que sé la punta de su cola deja en coma o te mata. Caminaba por el vértice del baño moviendo sus incontables patitas nerviosas;
Indeciso iba de izquierda a derecha, oscilante, tal vez desorientado por la luz del baño encendida recientemenete. Yo venía al baño con dolor de estomago a simplemente hacer cacuca (como diria mi hermano), medio angustiado por la indigestión y sin sospechar en ninguna forma la batalla que me aguardaba. Ya me había bajado el pantalon y sentado en la taza del baño cuando siento por mi espina electricidad subir hasta mi cabeza. Era la misma sensación de pavor que sentí en mi infancia al escuchar los gritos de mi papá enojado porque se me había perdido el chaleco del colegio a los 10 años. Ante mis ojos ví un alacrán café color coca-cola sin gas, feúcho, atemorizante, que se aproximaba frenéticamente. Del susto pasé al sosiego de mi mismo y comencé a pensar de nuevo. La imaginación me mostró un horrible futuro posible en que despiadadamente durante la noche éste animalejo se encaramaría por el cubrecama para enterrar su lanceta en uno de mis ojos. Debía matar al insecto, no había otra opción posible o un destino mejor para éste peligroso insecto. Ya dispuesto a efectuar mis más bajos instintos vi a mi derecha un tarro de desinfectante “Clorox” el cual usaría como arma en el asesinato. Patéticamente me disculpe ante el alacrán y Dios esperando que comprendieran que era algo vil pero necesario. Calculé mi objetivo y arremetí varias veces con el fondo del tarro la cerámica donde se erguía el pobre alacrán. Un golpe le sacó la pinza derecha, el segundo le aplastó el tronco, el tercero lo partió en dos y los siguientes ojala lo hayan liberado de su dolor. No podía no estremecerme por mis actos salvajes y por aquel ser vivo que acababa de morir. Nadie me juzgaría por aquel acto de barbarie, pero sentí la culpa. Ahora sentía empatía por mi victima, tal vez la misma que sienten los asesinos sensibles que también matan por necesidad y no por placer. Por que el miedo a los seres nos hace invadirnos por la destrucción de lo ajeno, porque la naturaleza hace ley este sentimiento de auto-preservación. Cuando estos culposos y pretenciosos pensamientos de culpa invadían mi cabeza la sorpresa vino de nuevo a mí ser. Frente a mi el cuerpo mutilado del alacrán me demostraba noble un ultimo testimonio de su vida. Su cola sorprendentemente se levantó y ondeo su punta asesina una vez más, tal vez buscando a su asesino o tal vez solo dando los últimos espasmos nerviosos que le quedaban. Éste momento ya no era de temor sino que de asombro total, éste pequeño y enorme momento me estaban ahora enseñando algo. Vi belleza ahora en éste gran rival, que estaba a momentos de irse de este mundo. Tal vez antes de mis actos desfallecía de hambre buscabando un hogar donde acurrucarse en su pequeña y simple vida. Sobretodo vi belleza en el hecho de que yo, en mi poder imaginario que me habían hecho asestar golpes mortales ante ésta pequeña criatura, fui incapaz de exterminarlo por completo. Más que amenazas reales hechas por él su única culpa fue hacerlas imaginarias en mi mente. Esa fue su culpa y su desdicha. Ya me disponía a salir del baño cuando pienso que sería poco respetuoso de mi parte el dejarlo ahí a la muestra de mi familia como si no significara nada o solo ubiera sido un acto cotidiano insensible del hogar. A casi modo de procesión o velorio tomé un pedazo de confort (arto papel para no tener que sentir su caparazón duro que aún me producía un poco de asco), lo envolví y lo tire al basurero. Adiós pobre alacrán que jamás sabrás el porque de tu fin. Ante tal espectáculo debo decir que agradecí el llevar un lápiz y una hoja para relatar los últimos momentos de éste insecto, que parecieran tal vez simples e innecesarios para cualquier lector, pero que para mi significó un gran episodio de cuestionamientos. Por último ahora solo recuerdo que algunos arácnidos a pesar de ser exterminados y cortados en varias partes siguen vivos e incluso logran los movimientos de sus partes. ¿Será que mi rival se levantará una vez más de su supuesta muerte y se vengará de mí por la noche?. Tal vez debí tirarlo por el water y no solo al basurero.

6 comentarios:

  1. Soy sincera...
    se me infla el pecho y llegué a una "h" que no encontré... me carga tener esta calculadora ortográfica en mi cabeza, pero ya está y punto.
    Leí más allá.
    Hace unos momentos cometí un error de inframundos... abrí la sepultura y saqué dos cuerpos. Estaba el de una mujer que compadecí tantas veces, pero sólo logro ahora asimilar que es una sincera mierda y a un EX que ya sólo me avergüenza el hecho de haber cruzado mi magnífica vida con la miserable persona que es (¿suena a resentimiento?) No diría que es resentimiento, es sólo caer... Tendría feliz una botella de CLORO gigante para aplastarlos, pero no les daría tanta importancia... sólo los asustaría y luego me iría... o los tiraría por el water, ya que la mierda debe irse por ahí.
    Un abrazo.

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  2. el abrir antiguos feretros habla de nostalgia, nada raro por lo cual autoflagelarse. Ojala yo pudiera reconocer como tu mi pasado, a veces abro estos ataudes de los que tu muy bien hablas y no puedo describirme, no me compadesco no me odio...o la odio...sino que simplemente no comprendo la forma ni su razon. Tal vez deberias ser un poco mas como yo, un asesino despiadado y matar esas imagenes y proyecciones de personajes que me cuentan porque como te explique antes...son solo signos del recuerdo de tiempos que nunca fueron reales ya que el segundo en que leas esto es lo real...lo demas es papel en blanco

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  3. Que se comprenda bien:

    No llegué aquí por psicopateo, sino que fue el esperar en esta oficina a que llegara un caso que a estas alturas no asomará ni su nimia nariz!! Y el ocio (y leve curiosidad, parecida al psicopateo) de seguir el encadenamiento de comentarios desde el blog de Pata Chacha.

    Tal cual, concuerdo con el Perro: quédate aquí, deja que se hagan abono o sencillamente se pudran los recuerdos.

    Yo, tengo los míos que ya empezaron hace un tiempo a marchitarse sin vuelta atrás. Ahora, en este limbo, me preparo para empacar y partir a Buenos Aires por unos días y regresar renovado para dar sendos abrazos y cariños por doquier.

    No todo permanece. Hay que seguir camino. La vida allá afuera no espera a nadie.


    Salud!

    Vemos, leemos y encontramos

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  4. Yo no creo en psicopateos o psicopatas, creo en verdad que todo hombre tendria principio de psicopata por lo que seria innecesario catalogar algo que es lo mismo. Todos y nadie somos psicopatas.

    Dicen que la curiosidad mato al gato, otros que lo revivió también, pero lo mas importante es saber que la curiosidad nace del afán de conocer algo nuevo. Una belleza nueva como dirian en ese programa del art tv

    Nose porque escribi todo esto, solo queia agradecer el comentario de arriba en verdad xD es bkn que alguien se tome el tiempo pa leer estas leseras

    saludos cristian

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