lunes, 22 de marzo de 2010

La caida de loz zapatos

Cuando acaba el día todos experimentamos un momento realmente divino, el cual comienza al sentarnos sobre el cubrecama. Ya sea que lleguemos de la universidad, colegio o trabajo siempre llegamos al mismo instante en que pareciera que somos libres de descansar todo lo que perdimos en energía, tiempo o pensamiento. Nos desabrochamos los cordones y vemos el descanso de las experiencias, vislumbramos el término de algo imaginario que es ésta realidad que a mi parecer nos quieren hacer parecer muy normal. Es el fin del día y de la cintura apretada que se suelta en metáfora de nuestra conciencia que no sabe vivir en ciudades bulliciosas o espacios cerrados hechos cubículos especializados en la lucha de entidades, competencia del más fuerte o disputas de premios. Aún así hay un premio más real al final del camino, que es éste instante del que les hablo, es el momento de la caída de los zapatos sobre el piso de nuestro descanso. Es un deleite el escuchar los zapatos sonar en el suelo, saber que nuestros pies son libres. Nos liberamos tanto del estress como de nuestros calcetines y de toda preocupación que destruye poco a poco nuestro espírito de juventud. Díganme si me equivoco, pero en éste momento vemos la vida y a nosotros mismos, por unos segundos nos transportamos a la esencia de nuestro nombre. Vemos muy bien quien somos, lo que ansiamos del día siguiente y lo que no hicimos en el que pasó o lo que dejamos de vivir. Todo el lugar parece pertenecernos por un instante de paz y regocijo altruista, pero solo para posteriormente llevarnos al continuo de nuestra prisión después del mar de sueños. Aún así agradezco el momento en que sé quien soy y tiro con todas mis fuerzas los zapatos o zapatillas. Cuando se realmente que jamas aceptaré éste mundo que no es mío y que desprecio con todas mis fuerzas. El momento en que los cordones se desaprietan de mi piel y me liberan de un abismo.

(Este ensayo pasó de ser un poema para después llegar a ser un ensayo y partió desde una frase hecha por una muy buena amiga.)

2 comentarios:

  1. Cuando liberamos nuestro cuerpo de lo que no le pertenece y metemos nuestras patitas -o patotas, como es en mi caso- y tocamos esas sábanas agradables, frías y conocidas, pero que por el ajetreo del día, olvidamos. Entonces, son nuevas, son nuestras y nadie más nos las puede quitar. Son bellas y nos regocijamos en ellas... en mi caso mis patotas son las únicas que las tocas. Deberíamos darnos el lujo de que sea todo el cuerpo y así descansar por completo.
    Adoro la caída de los zapatos. Cuando me doy media vuelta y todo lo que queda fuera de la cama deja de importarme y sólo me preocupo de mi bienestar, de esos segundos antes de pasar a mi mundo real.



    Ayer tuve una pesadilla demoníaca, fue horrible... desperté preguntándome qué había ocurrido e irónicamente no sentí placer al tomar conciencia que fue sólo un sueño, fue peor, me asusté más ¿por qué rayos habré soñado tanta mierda?

    un abrazo, amigo, te quiero.

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  2. ayer tambien tuve un sueño, pero que no alcanzo para pesadilla a pesar de ser tan bizarro, cuando nos vemos te lo cuento. Sabes que sueño seguido? que se me caen los dientes, ...antes opensaba que los sueños tenian una explicacion...eso era un poco mas esperanzador que saber que los sueños no son nada mas que influencias.

    muchas veces me pasaba algo parecido a ti, en que recordaba que en el sueño no tenia miedo...pero al recordarlo ya despierto me llenaba de horror, pero a la vez me fasinaban esos sueños sobretodo uno que era una cara blanca con solo una boca pintada de rush sin ojos :S

    pero son siempre sueños y jamas afectaran la realidad para mi, ultimamente lo veo asi sorbetodo si tomas en cuenta que es la unica via de llegar a otros reinos

    un abrazo tambien amiga...nos veremos muy muy pronto :)

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