viernes, 11 de marzo de 2011

Japón

El hombre ve como el odio arrasa sus costas. El mar se yergue en las primeras batallas de revuelta. El negro más indómito ahorca las vidas colaterales que dependen de las decisiones de unos pocos. Hay sangre en el mundo, mi mundo, ese viejo y cansado planeta moribundo. Una bestia, de incontables formas, se levanta en su contra y quemará toda luz, toda inocencia. Eso, si es que aun queda inocencia.

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